VI. Panditavagga ~ El sabio
1. nidhīnaṃva pavattāraṃ, yaṃ passe vajjadassinaṃ.
niggayhavādiṃ medhāviṃ, tādisaṃ paṇḍitaṃ bhaje.
tādisaṃ bhajamānassa, seyyo hoti na pāpiyo.
Si viese a un sabio, que como un guía que lleva a un tesoro escondido, señala y censura las faltas, uno debería asociarse con este sabio. Es sólo para bien, no para mal, asociarse con tal.
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2. ovadeyyānusāseyya, asabbhā ca nivāraye.
satañhi so piyo hoti, asataṃ hoti appiyo.
Aquel que exhortase, aconsejase y disuadiese del mal, ése, de verdad, es querido por los buenos, detestado por los malos.
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3. na bhaje pāpake mitte, na bhaje purisādhame.
bhajetha mitte kalyāṇe, bhajetha purisuttame.
Uno no debería asociarse con malos amigos, no debería asociarse con hombres viles. Uno debería asociarse con buenos amigos, debería asociarse con los mejores hombres.
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4. dhammapīti sukhaṃ seti, vippasannena cetasā.
ariyappavedite dhamme, sadā ramati paṇḍito.
Aquel que bebe el Dhamma, duerme feliz con mente serena. El sabio siempre se deleita en el Dhamma anunciado por los Nobles.
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5. udakañhi nayanti nettikā, usukārā namayanti tejanaṃ.
dāruṃ namayanti tacchakā, attānaṃ damayanti paṇḍitā.
Los irrigadores canalizan el agua; los fecheros enderezan la fecha; los carpinteros doblan la madera; los sabios se doman a sí mismos.
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6. selo yathā ekaghano, vātena na samīrati.
evaṃ nindāpasaṃsāsu, na samiñjanti paṇḍitā.
Así como una roca sólida no se mueve por el viento, los sabios no se conmueven ante la crítica y el elogio.
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7. yathāpi rahado gambhīro, vippasanno anāvilo.
evaṃ dhammāni sutvāna, vippasīdanti paṇḍitā.
Como un lago profundo, claro, sereno, así, después de escuchar los Dhammas, los sabios se serenan.
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8. sabbattha ve sappurisā cajanti, na kāmakāmā lapayanti santo.
sukhena phuṭṭhā atha vā dukhena, na uccāvacaṃ paṇḍitā dassayanti.
En verdad los buenos hombres abandonan todo. Los santos no hablan de lo que causa sensualidad. Los sabios, tocados por la felicidad o por el dolor, no manifiestan altibajos.
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9. na attahetu na parassa hetu, na puttamicche na dhanaṃ na raṭṭhaṃ.
na iccheyya adhammena samiddhimattano, sa sīlavā paññavā dhammiko siyā.
No por su propio bien, ni por el bien de otro, debería desear hijo ni riqueza ni reino, no debería desear por un medio incorrecto su propia prosperidad. Éste es virtuoso, sabio y justo.
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10-11. appakā te manussesu, ye janā pāragāmino.
athāyaṃ itarā pajā, tīramevānudhāvati.āte, dhamme dhammānuvattino.
te janā pāramessanti, maccudheyyaṃ suduttaraṃ.
Pocos son esos entre los humanos, esas gentes que van a la otra orilla. Pero esa otra humanidad solamente va y viene a lo largo de esta orilla.
Pero aquellos que actúan de acuerdo con la Enseñanza, la bien ex puesta Enseñanza, esas gentes irán a la otra orilla, muy difícil de cruzar, más allá del dominio de la muerte.
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12-13. kaṇhaṃ dhammaṃ vippahāya, sukkaṃ bhāvetha paṇḍito.
okā anokamāgamma, viveke yattha dūramaṃ.ābhiratimiccheyya, hitvā kāme akiñcano.
pariyodapeyya attānaṃ, cittaklesehi paṇḍito.
Abandonando la naturaleza oscura, viniendo de morada a no morada, en aislamiento, donde es difícil de disfrutar, el sabio debería cultivar la naturaleza clara.
Allí debería deleitarse, abandonando los placeres sensuales, sin nada, el sabio debería limpiarse a sí mismo de las impurezas de la mente.
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14. yesaṃ sambodhiyaṅgesu, sammā cittaṃ subhāvitaṃ.
ādānapaṭinissagge, anupādāya ye ratā.
khīṇāsavā jutimanto, te loke parinibbutā.
Esos cuya mente está completamente bien desarrollada en los facto res de la Iluminación, que sin adherencias se regocijan en el abandono del apego, los que han extinguido los contaminantes, refulgentes, han realizado el Nibbāna en este mundo.
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